El sur de la Toscana: el corazón y el sol

Aunque recién acabé de escribir el post pasado, que contaba de mi ultimo viaje invernal en las Montañas Pistoiese, ya he sentido, como un impulso, la necesidad de escribir otra vez. Estoy viajando desde Lucca hacia el sur a lo largo de la costa toscana, hace mucho que no hago este recurido en tren. A pesar de los fastidiosos y estresantes retrasos de los trenes italianos, esta linea es verdaderamente fantástica, porque fantástico es el paisaje. He viajado por esta ruta por muchos años, para ir a visitar mis abuelos en Grosseto y mis otros abuelos en Salerno, en el extremo sur de Italia. Esta es belleza para mi: campos dorados de trigo, pinedas, bayas rocosas, barrancos y sobretodo el mar. Algunos extranjeros lo definen “oceano”, pero en la realidad no lo es. Este es nuestro Mar Mediterraneo, con sus únicas plantas, colores y formas de las costas.Y los rayos del sol hacen de este zona particular de la costa Tirrena un lugar increiblemente atractivo, que consigue encantarme a pesar de que conozco estos lugares desde hace mucho años, cada vez que veo estas imagenes, desde un tren, un velero o conduciendo en coche, siempre es una emoción. Tal vez esta es la Toscana que más quiero. Por supuesto, yo amo Lucca, la ciudad donde vivo, pero mis raíces están más cerca al sur de la Toscana, y ahora siento estas raíces más fuertes que nunca. Bueno, las pinedas están corriendo rapidas paralelamente al tren, pasamos por S. Vincenzo, hoy un poco glamour por las nobles familias italianas y ingleses que viven aqui, pero que originariamente fue un pueblo por los trabajadores de las minas de oro….y entonces llegamos a Cecina, cientro turístico muy abarrotado las cuyas colinas son mucho más interesantes que sus playas, demasiada muchedumbre, y luego nos dirigimos hacia Quercianella, Castiglioncello, mi centro turístico costero preferido en Toscana. Una pequeña playa de arena, movida nocturna, pezes y el mejor pescado en los restaurantes en la playa………………..

¡dificil resistir! ¡Dificil pensar al trabajo, al estudio o simplemente atender a las varias tares diarias cuando a 30 minutos de coche desde mi ciudad hay todo esto! ……….

…a seguir – el corazón y el sol de Toscana.

 

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Una tierra magica…la Liguria

Una tierra de confín, entre el mar y las montañas, plasmada por el agua y el viento, la Liguria es el resultado de una obra extraordinaria de la naturaleza. Una tierra estrecha a forma de luna menguante, compuesta por arrecifes, barrancos, valles escondidas, playas engastadas a lo largo de todo el litoral y maquia mediterránea agarrada a la costa. Desde siempre los habitantes de esta región han tenido que aprender a conocer la naturalzeza a su alrededor para adaptarse a ella, obligados a confrontarse constantemente con la inmensa extensión salada que se abre frente a ellos.

La identidad cultural y social lígure está profundamente ligada al mar: la potencia de Genova sólo es uno de los muchos ejemplos. La influencia que esta República Marina ha traído en Liguria ha fuertemente caracterizado las costas de la región con la presencia de muchisimos pequeños pueblos, burgos y puertitos que han hospedado a generaciones de marineros, piratas y pescadores que llegaban y se iban desde estos lidos en busca de fortuna y adventura.

Mar, pero no sólo mar. La Liguria también tiene un interior muy rico de bosques de castaños y hayas, paredes rocosas, estrechas valles y ríos e innumerables pequeños pueblos que merecen ser descubiertos, pueblos donde las antiguas poblaciones ligures dejaron huellas de su historia.

La fuerte voluntad de preservar y tutelar este territorio y su naturaleza ha logrado que la Liguria llegara a ser una de las regiones italianas con la más alta densidad de Parcos Naturales y Areas Marinas Protejidas, todas facilmente accesibles a trevés de itinerarios de senderismo para lo más expertos, de recurridos y paseos más relajantes, y tembién a través de cruceros en veleros para los amantes del mar.

Sólo par nombrar los más famosos, hay Pelagos, el Santuario de los Cetáceos, que incluye todo el Mar Ligur y representa una de las areas a mayor densidad de mamíferos marino; el Parque del Beigua, con sus 26 km de callesitas montantas; el Parque de las Cinque Terre, ejemplo único del ingenio y de la fatiga del hombre que ha conseguido en arrancar metro por metro cada pañuelo de tierra coltivable posible a las empinadas escarpaduras de la costa, para acabar con el Area Marina Protejida del Promontorio de Portofino, con sus fundales considerados entre los más hermosos de todo el Mar Mediterráneo.

Todo esto es la Liguria que queremos: glamour en las pequeñas localidades balnearias, autentica en sus burgos marineros, selvaje en sus escarpados recorridos que desde las colinas llegan hasta el mar, futurística como la Genova de Renzo Piano, romántica come en el Gulfo de los Poetas.

Una Liguria que ver y gustar también, gracias a los sabores de una enogastronomía extraordinaria, enrequicida por un aceite de olivas de gran valor, sabores incomparables que aguijonean la imaginación de todos nosotros, viajeros contemporaneos a la descubierta de lo que la gente de mar nos ha dejado….

 

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Comilones en Toscana: playa, sol y muy buena comida.

Mar, playas y mucho más. La Versilia nos ofrece también la posibilidad de conocer los productos gastronómicos más conocidos de la Toscana: vino, aceite de oliva, pescado, carnes, quesos…

Por el aceite y el vino hemos pensado de hacerte descubrir la hermosura de las colinas alrededor de Lucca, para deliciarnos la boca meriendando en una granja: valdrá seguramente la pena alejarse unas horas de la playa si queremos apreciar los sabores más autenticos de estas tierras.

Por una cena inolvidable en un ambiente único, entre esculturas y tiendas interesantes, hemos escogido un tipico restaurante en el pintoresco pueblo medieval de Pietrasanta, donde podremos gustar las especialidades regionales.

 

 

Te acogeremos al hotel con un rico vaso de vino toscano, y desde entonces siempre estarás acompañado de los sabores y odores que caracterizan esta región, por unos días completamente relajantes y gustosos, o como dicen aqui, en plan “godereccio”.

 

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